Como su nombre indica, originaria del Tramini italiano, la Gewurztraminer ha encontrado en Aragón uno de sus hogares más ideales. Encontramos buenos ejemplos de norte a sur de la comunidad, con vinos fragantes y dificiles de olvidar en nariz. Entre las muchas peculiaridades de la variedad, su pulpa (y piel) es ligeramente rosada, algo que ocurre en muy pocas variedades alrededor del globo. Sus racimos alargados dan vinos genuinamente fragantes, con notas tipicas de lichi y agua de rosas, un bouquet que recuerda a un perfume. En boca son vinos muy agradables, con buena carga de fruta y refrescantes a la vez, y con leves matices dulzones que los hacen perfectos para combinar con cocina asiatica o en general platos especiados y ligeramente picantes. Su pronunciación es su único handicap, pero para que no quede duda prueba con esta pequeña transcripción fonética literal del alemán «Gue-burs-traminer».