Con más de 2.000 años de historia, Cariñena, a la que Voltaire denominó "la tierra prometida", se constituyó en 1932 como una de las primeras DOP de España. De ella son autóctonas las emblemáticas variedades Garnacha y Cariñena, la única en el mundo que toma el nombre de su ciudad de nacimiento y lo comparte con una Denominación de Origen. Con más de 14.000 hectáreas de viñedos y altitudes entre los 400 y 850 metros sobre el nivel del mar, la DOP Cariñena se extiende por 14 municipios.
“El Vino de las Piedras”, la exitosa marca con la que se conoce la producción de la DOP Cariñena, revela una de las razones de su excelencia y singularidad. Un territorio agreste y fresco, en el que las uvas se desarrollan concentradas e intensas y mucho más aromáticas. La diversidad de terrenos y altitudes permite además sacar el máximo partido a cada variedad, e incluso que una misma uva ofrezca vinos con perfiles diferentes.
Los viticultores, bodegueros y enólogos de la Denominación, en la búsqueda constante de la excelencia, trabajan para ofrecer el mejor producto y responder a las demandas de los consumidores, aunando modernidad e innovación con la tradición de un territorio siempre vinculado al vino. El cuidado del entorno y la sostenibilidad son señas de identidad de los modernos vinos de Cariñena, con prácticas como la sustitución de insecticidas por técnicas ecológicas, la vendimia personalizada y los últimos adelantos en materia de vinificación.
La Denominación Cariñena ha experimentado en los últimos años una gran transformación, reconocida en todos los mercados internacionales. Los Vinos de las Piedras son sinónimo de calidad garantizada y reciben, año tras año, los más prestigiosos premios. Gran parte de su producción se comercializa en el exterior, siendo la sexta región exportadora de España, con presencia en más de 50 países de todos los continentes. La DOP Cariñena, una tierra en la que el vino es pasado, presente y futuro.
CARIÑENA
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