En todo el mundo, Chardonnay es considerada la reina de las variedades blancas. Es responsable de algunos de los mejores vinos blancos del mundo y lo suficientemente versátil como para dar lugar también a vinos frescos y afrutados. En Aragón hay buenos ejemplos de esta uva en casi todas las zonas de producción, aunque se adapta especialmente a las zonas más templadas, evitando así los extremos. Es un fantástico ejemplo de traductor de Terroir: en los climas más fríos da lugar a vinos más secos y de alta acidez; en Aragón encontramos una versión más generosa y amable, con vinos con aroma a fruta madura y más volumen en boca. Entre sus aromas destacan los cítricos, las flores blancas y las notas de melocotón blanco. La oferta en Somontano y Cariñena es muy amplia, desde los más jóvenes y refrescantes hasta los vinos de gran complejidad que han pasado por la fermentación en barrica o han sido envejecidos en madera.